viernes, 30 de julio de 2010

Una dama en su brillante armadura

En relación al post anterior, recibí críticas de algunos amigos: Que si para mí las mujeres estamos esperando a un tipo que nos trate mal... Que deje de plantearlo como una lucha de poder y orgullo donde el amor pasa a un segundo plano...

Y no es así, claro que no. No es que a las mujeres haya que tratarnos mal para que nos quedemos al lado de ustedes. Eso hay que desmitificarlo. Y no es a lo que me refiero. Sino que lo que ocurre es que el prejuicio de que las mujeres estamos sentaditas esperando al príncipe azul, y que cuando llegue vamos a lanzar nuestra trenza cual Rapunzel en la torre, es eso mismo: un prejuicio.

Buscamos un chico con cualidades, pero no es que lo vamos a reconocer así como así, o que vamos a estar dispuestas a ceder nuestra independencia, por alguien que pueda llegar a ser una mera ilusión en pose de caballero en brillante armadura.

Les cuento un secreto: las chicas también podemos tener miedo al compromiso. No todas las chicas están apuradas por ponerse de novias o no todas están dispuestas a arriesgarse a vivir el cuento de hadas. Ya que, por más triste que suene, parece más seguro vivir uno de aventuras. Quizá tenga que haber más hombres como mis amigos, para que las mujeres rompamos nuestra propia armadura y dejemos de correr hacia el lado contrario adonde se encuentran los del género opuesto ¡Los quiero!

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