miércoles, 15 de diciembre de 2010

Carta de suicidio

Jamás pense que iba a publicar una carta de suicidio en un blog. Pero ya es hora... ¿Ya es hora? Sí, de que asumas que no es un suicidio, da que te hagas cargo de que tenés mucho que ver con esto.

Antes me tildaban de feminista, indignaba a amigos (y no tanto) cuando leían mi blog. Poco a poco, las etiquetas de hombres y relaciones comienzan a verse menos relevantes, y las de aprendizaje, humanos y poesía, van aumentando de tamaño.

¿Qué es esto? Recuerdo todavía cuando este año un amigo me dijo que era como Carry Bradshaw y yo trataba de darme cuenta si convenía tomarlo como un elogio o un insulto. No más: ahora mis amigos redactores se conmueven con palabras suaves y ya no me consultan semiconocidos por Facebook sobre posibles o pasadas conquistas.

En otras palabras: mi novio me asesinó... me asesinó despiadadamente al personaje. Pero no me rindo, hay demasiadas historias interesantes para observar con el filtro del sarcasmo.

Claro que hay cosas para comentar con ironía, es obvio que hay situaciones cómicas en la rutina. Así que deberé tener paciencia y agudizar el ojo.

En último caso, siempre habrá alguna amiga que me preste una historia, o aparecerá algún recuerdo zumbándome en el oído, para que yo los recicle en forma de posteo de soltera.

Encuadre

Aprender a ignorar, es de lo más importante que uno debe hacer como ser humano. Prestar atención implica no atender a todo el entorno. Ver algo, es desenfocar lo que lo rodea.

Hay gente que es empática por naturaleza. Ser así puede resultar desgastante cuando no se viene acompañado de un filtro.

¿Fijar la mirada en un objetivo o dejarse distraer? Una atención no atenta, un estado de alerta relajado. Hay que saber decir basta. Hay que saber poner en mute al que habla por celular al lado en el colectivo, aunque esté haciéndolo en el mismo idioma que uno.

Encuadrar es recortar nuestra mirada del mundo, de una forma sana.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Silencio

El cuerpo se inmoviliza con el vacío del alma,
o se mueve con la inercia del silencio que esconde,
esconde el sentimiento acallado por los labios,
que no pronuncian las palabras,
que el corazón late acalorado.

Late, late, late:
a un ritmo doloroso y ameno.
Late, late, late:
durante el silencio absurdo de su dueño.

Late y para.
Late, sereno.

Hasta que el corazón también calle,
y en un soplo de aire,
sobreviva sólo el silencio.

Luego de tantos días de silencio, elijo retomarlo con un post en su honor, titulado como él.

martes, 9 de noviembre de 2010

Confieso que he apostado

Debo hacer una confesión pública y sé que puede traer consecuencias.

Como se habrán dado cuenta, no estuve posteando mucho últimamente, esto se debe a que empecé un trabajo nuevo. El mismo queda en pleno centro porteño y me implica un viaje de unos veinte minutos en tren y otros tantos en colectivo.

Y es así que, todas las mañanas, juego a las apuestas. Me subo al tren, rara vez un asiento disponible. Veo a las personas dueñas de uno. Analizo sus posturas, sus vestimentas, sus peinados, sus acciones. Las miradas expectantes o los párpados caídos. Todo esto en unos pocos segundos... y elijo a mi víctima.

Apuesto por ella. Es ella quién se va a bajar primero.

Hasta he llegado a querer hacer trampa, he llegado a querer preguntarle si se baja en la próxima estación. Todavía no he ido tan lejos, pero sé que ese día va a arribar. Día en el cual juegue deslealmente con los otros pasajeros y disponga más fácilmente de un asiento para parte del trayecto.

¿Las reglas? Usar tu empatía y observación. No competir con gente mayor, ni embarazadas. Inventar en el menor tiempo posible el tipo de trabajo o lugar al que se dirige la posible víctima, y así descubrir en qué estación desciende. Conocimientos necesarios: tribus urbanas, estadísticas de tipo de empleo por barrio (entre otros). Están todos invitados a jugar conmigo...

lunes, 25 de octubre de 2010

Vasos

Podemos intentar valorar lo esencial, es útil. Ahogarse en un vaso de agua no tiene sentido, y cuando nos observamos a nosotros mismos tiempo después, nos damos cuenta de lo idiotas que fuimos.

Pero valorar lo que tenemos, no es lo mismo que inventar una realidad fantástica. Es ver lo que hay, ni más ni menos, tratar de resolverlo como se pueda. O quedarse tranquilo sabiendo que los vasos de agua, tardan menos tiempo en evaporarse que un lago en la montaña o un iceberg. Si el vaso te sirve para ahogarte o para ver que está medio lleno, es otra historia.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Hoy son dos meses desde que te dejé ir...

Me acompañaste durante los mejores años de mi infancia, en la salud y en la enfermedad, en las tareas y en el ocio, en los días de sensación térmica elevada y en los de granizo.

Hoy vuelves a mi vida, aunque hace más que te habías ido, aún antes de alejarte ese 13 de agosto... Fue cuando dejaste de irradiar esa luz que te caracterizaba, que te perdí. Hoy regresas renovada, cuando creí que podía vivir sin tu presencia.

Mi querida Tele, fue toda una experiencia vivir sin vos estos dos meses y un poco más. Espero que nuestra relación sea más sana esta vez, seguir escribiendo y seleccionando información interesante para que sea incorporada con alegría y curiosidad por mi organismo, y no con angustia o insensibilidad, siendo bombardeada por programas amarillistas y morbosos.

Me reencontraré con Encuentro, Travel and Living, Fox, Sony y Warner. Dejaré un espacio para Disney Channel e History Channel. Seguiré escapando de Tinelli y Rial.

Aprendí a irme a dormir sin verte, no tengo intenciones de que eso cambie. El desafío de reincorporarte en mi vida, recién empieza.

martes, 12 de octubre de 2010

Tic tac

Cada noche, él giraba la manecilla con ilusión. Atrasando el reloj una hora, esperaba poder alargar la vida de su amada, un día más. Y así ocurría, sin falta...

jueves, 7 de octubre de 2010

Entre sapos y príncipes

Hoy les voy a dar el gusto a mis amigos. Ellos, que se sienten indignados y mal representados en mi blog. Voy a ponerme en la piel de un chico. Les contaré la historia de un pobre e ilusionado hombre, con la intención de salir con una chica que le gusta...

Ella le manda señales que él considera "buenas": le habla por chat, le responde los mensajes de texto y no lo bloquea en Facebook (puff, en qué consisten las señales hoy en día jaja). El le dice de salir y ella no sólo accede, sino que también le regala posteos en el muro y no tarda demasiado tiempo en responderle algo a su celular. Por ende, él se comporta de acuerdo a las reglas de etiqueta que favorablemente coinciden con lo que siente: le avisa con anticipación de salir, la pasa a buscar, la lleva de vuelta a su domicilio y le envía un mensaje diciéndole lo bien que lo pasó en la cita.

Pero lo que no sabe él, es que ella tiene diez amigas aconsejándola y un supuesto amigo serruchándole el piso... Que no le conteste los mensajes tan rápido, que no vaya a la casa de él tan pronto, que no le demuestre tanto entusiasmo, que sí le demuestre que tiene una vida y deje de escribirle cosas en el "muro", que le cancele una salida de vez en cuando así lo deja con las ganas.

La chica empieza a girar como robot confundido y desesperado, programado por once inexpertos al mismo tiempo. Ya no sabe bien qué hacer. El pobre chico, presta atención a las recientes señales y cree que ella tiene algún problema hormonal y está viviendo con síndrome premenstrual permanente.

Sus respectivos amigos le advierten que ella es una histérica, que mejor no la llame e invite a tres chicas más para salir esa misma noche y que resuelva después a quién dejar plantada y a quién no. Él elige hacerles caso, después no, después sí, más tarde se arrepiente.

Entonces el "amigo" de ella entra en acción diciéndole que el chico con el que está saliendo parece gay, ya que es más "histérica" que ella. ¿Ustedes qué dicen, cómo sigue esta historia?

lunes, 4 de octubre de 2010

Fe

Este post va dedicado al amor, al amor que dura no una vida, sino dos ¿Por qué dos vidas? Ya que toca a dos personas, que se acompañan desde que se conocen, por el resto de su existencia.

Tengo la suerte de haber tenido dos ejemplos, muy diferentes entre sí, dos (o cuatro) formas de vivir, que con sus aciertos y desaciertos, me ayudaron a creer en el amor y a apostar por él.

Mis abuelos, tanto maternos como paternos, estuvieron juntos hasta que la muerte los separó. Los admiro. Darse cuenta de que las personas pueden reelegirse diariamente durante 50 o 60 años, es hermoso.

El amor sobrevive a la aparente o supuesta costumbre y hace de ella un motivo de festejo; el desafío de romper con la rutina de a dos, inventando una vida compartida rica, me maravilla.

viernes, 1 de octubre de 2010

Érase una vez un enorme garrote...

Desde que tengo memoria me han interesado las relaciones. Me resulta mágico cómo los seres humanos interactuamos, nuestros esforzados intentos por comunicarnos con palabras, gestos, actos. Muchos de esos son al comienzo fallidos, por más que digamos las palabras correctas, y se resuelven simplemente en silencio. No hay recetas, hay personas.

En artículos que he leído, plantean que muchas de las maneras en las que nos desenvolvemos los seres humanos, se deben a cómo lo hemos hecho a los largo de siglos y siglos, desde las cavernas hasta el presente, grabándose en nuestro cerebro. Eso me generó una idea en el mío...

Imagino un cavernícola con garrote, no como lo pueda plantear un historiador, eso no. Uno como el de los Picapiedras. Confieso que no me resulta muy sexy, aunque quizá a una mujer de esa época, no le atrajera nada tanto como un buen chico con cuerpo de patova, estado físico admirable, cazador, y con un enorme garrote para defenderla de los animales que pudiesen atacar o de otro peligro inminente.

¿El tamaño importa? Sí. Por algo las venus (pequeñas estatuillas femeninas) eran regordetas y voluptuosas. Las reservas de grasa eran importantes para sobrevivir y los órganos reproductores, esenciales para mantener la especie. Sé que hoy en día no tendría sentido que fuésemos todas rechonchas pero la voluptuosidad sigue siendo valorada. En el caso masculino, el garrote ha evolucionado y se ve representado en otras formas de protección.

Podremos ser muy progresistas, pero nuestros comportamientos históricos han quedado en nuestro cuerpo, se han grabado en la humanidad. No digo que no se puedan modificar, pero sí que sus orígenes pueden no pasar únicamente por una cuestión ideológica, sino por algo más instintivo. Sobreviven aún, en parte deformados, evolucionados o involucionados. Ellos son nuestra herencia, no nuestra condena: cómo queremos que sean de hoy en más, depende de nosotros.

martes, 28 de septiembre de 2010

¡En guardia!

Hoy llegué a la conclusión que uno sólo se enamora si quiere. Podés tener todo para sentirlo... y salir huyendo. Y eso no está mal. Aunque quizá el recuerdo de esa persona quede siempre ahí, revoloteando.

Quizá podés querer enamorarte, y que no se te dé con aquel que tenés al lado, sino con otro que está atrás o adelante.

Pero sí o sí, hay una parte que depende de nosotros.

Es un clic, un instante en el que abrimos el cerrojo y dejamos que una mirada o una palabra, tal vez solamente una sonrisa, entre a nuestra memoria. Y ya está, game over.

Bajar la guardia es un deber, para aquellos que quieran asumir el riesgo de sentir. Bajar la guardia, también no es más que es una opción, de tantas que nos ofrece la vida.

viernes, 24 de septiembre de 2010

¡Hijo de tu madre!

Recuerdo haber leído sobre asumir lo femenino, valorar nuestra sensibilidad, y todo lo que ser mujer implica. También soy consciente de haber escrito acerca de ello.

Tampoco tengo nada en contra de las publicidades de toallitas. Pero hay días en los que lo último que quiero es que me recuerden lo bello de ser mujer, simple y llanamente porque no me consuela lo suficiente.

Esos días, como hoy: soy misógina. Hoy, digamos todos: no a las mujeres ¡Óvulos artificiales y pantalones para todos!

Los hombres no se depilan, no se maquillan, no se tiñen. Dice la voz popular que no es necesario, agrega que los metrosexuales son gays encubiertos. Concluye en que mientras más viejos, más añejos y codiciados; y mientras más calvos, más experimentados y exitosos.

¿Para qué seguir peleando contra esas falacias? ¡Si no puedes contra ellos, úneteles! Vamos para adelante con el cambio de sexo.

Ningún machista que te mande a la cocina si te ve manejando, ni babosos que te griten "mamita" al esquivar con tacos los pozos de nuestras dañadas veredas urbanas.

¡Sí, mamita! Algún día voy a ser mamita ¡Como la tuya! Que no te parió para que andes baboseando como un objeto a otras como ella.

Sí, mamita voy a ser algún día, y por ello cada veintiocho tengo que bancarme un cocktail emocional y que todavía se hagan los graciosos preguntando el resto del mes si una está en "esos días".

Mamita... ¡Ay, mamita! ¡Qué bueno y que malo que vos y papá no me hicieron hombre, como ellos!

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Dondequiera

¿Recordarás mi nombre si te encuentro en otra vida, en otro tiempo, en otra dimensión?

¿Verás en mis ojos mi alma y volveremos a coexistir como la otra vez?

¿O pasaré a tu lado, me mirarás, yo usaré lentes oscuros y nos perderemos para siempre?

¿Nos habremos perdido ya?

¿Cuántas veces nos habremos recordado?

¿Cuántas vidas nos habremos soltado o dejado ir?

¿Habrá sido intencional o casualidad?

¿Las casualidades existen?

Las nuestras, se llaman tener una cita.

lunes, 20 de septiembre de 2010

¡SOS! GPS para el hombre desubicado

Las mujeres de mi generación somos bastante independientes. No nos quedamos en casa si un chico no nos llama (como lo hacían quizá en las épocas de mi bisabuela), ni tenemos problemas en tomarnos un taxi o un colectivo a cualquier hora con tal de disfrutar una noche con amigas.

Eso sí, quizá por hábito o por una cuestión de seguridad, solemos avisar adónde vamos a estar y cómo nos vamos a trasladar, tal vez más seguido que los hombres. A lo sumo, siempre podemos comprar un gas pimienta o ir con un paraguas y el pelo atado (¿o era suelto según recomendaban en las cadenas de mails para evitar riesgos al caminar en la calle?). Sí, tengo amigas que lo hacen y lo recomiendan.

Pero hay algo que no vamos a ceder, no importa cuántas veces hayamos vuelto en minifalda a las 5 am en colectivo, si estamos saliendo con un chico, esperamos que sea él quien nos traiga sanas y salvas hasta la puerta de nuestra casa. Es más, parte del contrato implícito reside en que aguante a que encontremos las llaves en nuestras desordenadas carteras e ingresemos dentro del domicilio.

¿Sí? Suena contradictorio, en parte lo es. Hay algo que no entienden, por más que nosotras podamos hacer algo solas, no quiere decir que no nos guste sentirnos acompañadas o tenidas en cuenta. Y subo la apuesta aún más: si alguna vez una chica te dice que está todo bien, que ella vuelve sola, desconfiá. O tiene al marido esperándola en la puerta con tres nenes o le diste la impresión de ser un acosador freak. La próxima vez que pienses en no acompañar a una chica a su casa porque la ves muy independiente y no querés ofenderla ofreciéndole ir con ella (ya sea en auto o rollers), pensálo dos veces...

Para no pasar papelones, un tip extra: que dé el OK en acompañarla hasta la casa, no es igual a que lo haga en que entrés a la misma, A no implica B.

viernes, 17 de septiembre de 2010

km

El corazón es insaciable.
La más grande ambición,
son los abrazos sentidos.

¿Por qué tener que elegir?
¿Por qué tener que despedir?
"No es un adiós,
es un hasta luego".

La próxima vez no será igual,
ya no me creo esas mentiras.
Sólo espero que pueda seguir siendo tan hermosa,
como la última vez.


Dedicado a la gente y a las ciudades que quiero, y no están lo suficientemente cerca.

ID 2

El chamuyo virtual ya es más que una moda, está establecido como hábito cultural. Hombres y mujeres dejan poco a poco de realizar el primer contacto en antiguos rituales de apareamiento como los que se daban en boliches y se terminan de adecuar a agregar a amigos de amigos. Los más osados, agregan a gente sin nadie en común y tienen que aguantar sospechas de acosos y perversiones virtuales.

Y es que la identidad virtual de uno no se limita a googlearse y ver los resultados cada cierto período de tiempo o a no dejar que te tagueen en fotos en las cuales no saliste del todo agraciado. La imagen que transmitimos en una red social si se mantiene estática nos deja estáticos a los ojos del resto de la población webial. Si estamos todo el día presentes, twitteando o posteando sin parar, podemos resultar invasores de muros y aburridos.

Las ansias de fama no son siempre canalizables a través de una cuenta en una red social. Para dejar que me invadas el muro, mejor primero te posteo en el tuyo sugiriéndote que vayas a lo de Tinelli, luego te mando un me gusta a mi propio comentario y por último te borro. Al menos si estás en un canal, puedo apagar la tele o cambiarlo...

Digamos NO a las fotos con ex novios, NO a fotos semidesnudos, NO a perfiles de gente poco selectiva a la que "le gusta" todo en Facebook, NO a los que te invaden el muro con publicidad, NO a los que te taguean en fotos donde no estás presente, NO a unirse a grupos de odio, NO a unirse a grupos pelotudos.

Digamos SÍ a las fotos que nos representan (sea en una playa nudista o haciendo trapecio o muecas graciosas), SÍ a armar un grupo en FB de "Me gusta el ajo con azúcar" con tal de sentirse menos solos, SÍ a que la identidad de uno sea similar a como somos en la vida. Mmm, la última frase contradice la propuesta del párrafo anterior dedicado a los NO ¿Qué hacemos entonces con toda la "gente NO" que es así en el mundo real?

Supongo que al fin y al cabo, tenemos que ser conscientes de que: si alguien invade muros, invade personas; si le está dando un beso a su ex en una foto publicada, es probable que siga presente en algún lugar adentro suyo; si odia a los que comen pochoclo en el cine, quizá se pelee viendo una película en los Showcase...

Prefiero contradecirme a mi misma, cada uno puede hacer con su identidad virtual lo que le venga en gana, eso sí, siempre y cuando recuerde que así como en la calle uno puede elegir andar o no mostrándole el calzoncillo o la bombacha al vecino de enfrente, también debe hacerlo en Internet. Nuestra identidad virtual nos representa, y si saluda diciendo "Hola ¿qué tal?" o "¿Qué hace´, bolú?", depende de nosotros.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Lenguaje sonoro 1

¿En lugar de sufrir por anticipado, no es mejor disfrutar con delay?

"Delay (inglés: retraso) es un efecto de sonido que consiste en la multiplicación y retraso modulado de una señal sonora. Una vez procesada la señal se mezcla con la original. El resultado es el clásico efecto de eco sonoro." (Wikipedia)

ID

Lo mágico de internet no es la inmediatez, ni la difusión mediática, ni el open source.

No lo es tampoco la idea de red, ni de conexión, ni la 2.0, ni la 3.0, ni la 4.0, ni cualquier otra versión.

No lo es la supuesta democracia, ni el ecommerce, ni las redes sociales, ni los blogs.

No lo son los monopolios de Apple, ni de Google, ni de Microsoft.

Menos aún lo son los buscadores, tampoco lo es Wikipedia.

Jamás lo será el microblogging o You Tube.

Lo mágico consiste en, nada más ni nada menos, que una persona real con muchas identidades sea considerada trastornada, con personalidad múltiple. Mientras que una que hace algo similar en su vida virtual, sea supuestamente normal, popular, innovadora, precursora.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Veo veo ¿Qué no ves?

No es algo que nos adviertan al darnos los resultados del test vocacional, ni al empezar la carrera, ni nuestros padres. Los profesores lo ocultan, pero lo sufren en secreto porque a ellos también les pasa. Nuestra familia, pese a descubrir en el día a día los riesgos de la profesión en lo que a horas de sueño respecta, no se da o no quiere darse por enterada ¿A qué me refiero? A que el mundo para alguien que ha estudiado diseño, arte o algo relacionado con la imagen, se vuelve frustrantemente asimétrico. Ir al peluquero es un suceso que genera inconformidad, comprar una prenda, mejor ni contarlo...

La mirada se agudiza y la persona se convierte en una molestia para la sociedad. Porque ver lo que otros no ven, puede estar bueno o no. Es incómodo molestar al peluquero cuando se le pide un tijeretazo más o es un peligro para la persona misma si se arriesga a pelearse uno a uno con las tijeras en el baño de su casa con tal de arreglar el corte estrenado momentos antes.

Porque ver lo que otros no ven puede implicar pedir que te cambien ese pulover tan lindo que compraste la semana pasada y que la vendedora te mire con cara de "¿De qué estás hablando Willys?".

Lo imperceptible se vuelve perceptible y no está mal, ya que sigue siendo más fácil que darse cuenta de algo que no es factible de probar con reglas y centímetros; algo no mensurable como la vanidad, la insensibilidad o la falta de atención que sufrimos a veces los seres humanos.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Play the game

Con mis amigas siempre nos reímos de lo fácil que es conseguir un chico con el cual pasar una noche. Hay pocas chicas que no tengan variadas opciones en su celular, hombres con los cuales no funcionó el vínculo como para algo más serio, pero que siempre estarían dispuestos a darse una escapadita a una salida free. Tal vez por esa simpleza con la cual se consiguen ese tipo de situaciones, es que no nos llaman demasiado la atención.

Nos cataloguen complicadas o histéricas, una situacion tan sencilla: aburre. Y no me pongo a hablar de sentimientos o de lo vacío que puede ser, aún si te gustan ese tipo de interacciones epidérmicas, los chicos de celular no generan demasiado interés.

Será por eso que los players (jugadores) o mujeriegos nos pueden llegar a intrigar tanto. Son un desafío nuevo. Vas y venís, dan vueltas, competís. Cuántas chicas se han quejado de estar a los pies de uno de estos especímenes. Pero para jugar un juego, salvo que te guste el solitario, se necesita más de un jugador.

Como nos dijo nuestro amigo yankilandés a mis amigas y a mí en una salida reciente: "If you like the game that much, then you are a player". Y para que un chico sea un player, se necesita una chica que juegue con él.

Imaginemos que finalmente una consigue que ese tipo de persona le haga caso, si es por amor al juego o al arte, el desafío dado por terminado cansa y aburre, tanto como lo hacen los chicos del celular o más. Porque cuando ya lo tenés al lado, te preguntas para qué lo quisiste en un primer momento.

El desafío más grande, al menos a mi entender, no es conquistar a alguien por una noche, sino más bien hacerlo en una relación, día a día.

jueves, 2 de septiembre de 2010

(a) medias para el invierno

Hay gente que no sabe unir el amor y la atracción. Disfrutan de un sexo desenfrenado, sin represiones o presiones. Pero a la hora de elegir a la mujer de su vida, no pueden conciliar que ella sea a la vez la compañera de cama. Hablo de ellos, porque creo que a las mujeres nos cuesta menos, aunque no en todos los casos.

Si de mi persona se trata, los hombres que más quise rara vez fueron los más seductores, atractivos o sexies que vi. Pero los quise por ese "Je ne sais quoi". Y a los más seductores, atractivos o sexies, rara vez su seducción se mantuvo a lo largo del tiempo si no había ese algo (que termina conquistando tanto como no puede hacerlo un cuerpo trabajado o un atuendo despampanante). A estos últimos, mi mirada los terminó tiñendo en seres oscuros y deformes, apagados y aburridos, trillados y volubles.

Las pocas veces que uní sentimiento y sentidos, esas sí fueron mágicas. La comida entra por los ojos, pero se saborea con todo el cuerpo, incluído el corazón.

Felicito a la gente que se empacha de dulzura, riesgo, emoción, armonía y equilibrio. A esas personas que se arriesgan a no esperar a que el otro dé el primer paso, ya sea para amar o para abandonar. A los hombres y mujeres que no siguen los mandatos sociales. Que son fáciles para sentir, y complejos para amar.

Cansarse de vivir epidérmicamente, es animarse a descubrir que lo que queda por debajo es lo que realmente nos hace estar vivos. Porque vivir adormecido, es vivir a medias. Y si de medias se trata, ya me basta con que exista el mito de las medias naranjas...

Para que sepamos: yo estoy entera y vos también. Agarremos una banana y una frutilla (o las frutas que prefiramos), hagamos un rico licuado. Que encajar perfectamente no es lo mismo que ser iguales.

lunes, 30 de agosto de 2010

Xclose

Cerrar el corazón es protegerse,
es vivir como un sobreviviente.

Cerrar el corazón es sentir con otros órganos,
es amar con miedo,
y es sufrir con la cabeza.

Cerrar el corazón es cerrar los ojos,
aunque estén abiertos,
es operar cual robot programado.

Cerrar el corazón es confundir los nervios en la panza,
con haber comido algo en mal estado.

Y es justificar que lo que le pasa al otro,
es por no estar suficientemente cerrado.

Y es atorarse al pronunciar palabras que sí tengan significado.

Es no arriesgarse.

Es morir y es no estar a tu lado.


Esto que escribí acá arriba, son las palabras que me vinieron a la mente luego de preguntarme muchas veces qué es estar cerrado. No está mal entrenar al corazón como una puerta. Siempre y cuando no lo cerremos tanto que no dejemos pasar a nadie ni a nada. Igualmente creo que hay gente que se cierra por miedo y otros por egoísmo. El pertenecer al primer grupo puede decantar en convertirse en un miembro permanente del último. Todo reside en estar atento. Hay sobrevivientes que deciden vivir la vida con intensidad, hay otros que se quedan traumados y encerrados en el recuerdo.


-Dedicado al que me jodió con un comentario en el último post, a quien considero un muy buen amigo y me inspiró muchos años con su accionar, con el cual me demostró que vivir es jugarse. Entrenemos las puertas;)-

jueves, 26 de agosto de 2010

Histérica de mierda

Resulta que las mujeres pensábamos que la palabra histérica nos la decían como un insulto. Hace poco me enteré que no. Ocurre que el instinto cazador recolector del cavernícola actual, permanece intacto en el interior de los tan (en apariencia) modernos y metrosexuales hombres.

Chica fácil, y con este último adjetivo no me refiero a algo con connotación sexual, es aquella que (según esta sabiduría callejera, comúnmente negada a las féminas) no les complica la vida bastante como para hacerles sentir lo suficientemente hombres.

Ahora resulta que años de terapia me han resultado en vano... Ojo, me informan que no tengo que ser histérica per se, sino más bien lo ideal es ser complicada... Al fin y al cabo, más de lo mismo, sólo que dicho de otra forma.

Yo que creía que era ser mejor persona el comportarse menos histéricamente ¡Qué ingenua! Los billetes y los sentimientos de culpa que me habría ahorrado si me hubiesen avisado hace unos años.

Ya saben, la próxima que les digan: "Sos una histérica de mierda", agradezcan. Algo de razón tienen ellos: tarde o temprano terminan prefiriendo eso a que les sirvas de alfombra de baño.

Aclaración de la autora: por favor, nótese la ironía del texto, no soy Cosmopolitan.

lunes, 23 de agosto de 2010

Yo, me, mi, conmigo.

Los seres humanos a veces somos caprichosos. No sabemos si queremos algo, pero queremos tenerlo igual, por las dudas. No lo queremos, mientras lo tenemos. O creemos que no lo queremos, hasta que lo tiene otro.

Ya sea el plato que pidió el compañero de cena en un restaurant y envidiamos en silencio, el chico que nos mira e ignoramos en una fiesta hasta que otra chica sí le devuelve la mirada o simplemente trátese de esa ropa que tenemos en el placard por si vuelve a la moda; hay algo que merecemos tener en cuenta... Capricho no es lo mismo que deseo.

Recuerdo a la Andie caprichosa que en una época se quejaba: "No sé si me gusta, pero... ¿Por qué no me intenta dar un beso?". Mi ego y yo tenemos una batalla hace unos años...

La cuestión con el ego, es que podemos terminar confundiendo un capricho con un deseo, caso en el cual, no sólo pierde el objeto de capricho, sino también, perdemos nosotros al habernos autoengañado.

jueves, 19 de agosto de 2010

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¿Qué tienen las fechas, que nos liberan, nos atan, nos enganchan, asustan, obligan, entristecen, deprimen, alegran, excusan? ¿Qué tiene un momento, un instante, un segundo, una hora?

Que las posiciones de los astros nos puedan afectar tiene más sentido a que una fecha en un calendario inexacto, o a que un círculo rojo marcando un número en la agenda, lo hagan.

Pero pese a tantas preguntas, cuestionamientos, planteos o quejas, hoy el tiempo me dio un changüí. Dicen que el tiempo cura las heridas y dicen que tiempo al tiempo. Me liberó de unas ataduras, una carga.

...Casi sin molestar pasó el día por mi costado derecho. Pidió permiso, en silencio. Lo vi pasar. Mis ojos, perplejos...

martes, 17 de agosto de 2010

Si animal es un insulto, humano es...

Mientras le comentaba a su compañero de caminata, inmerso en la charla, que no iba a tropezar dos veces con la misma piedra, no se dio cuenta que su pie resbalaba en un charquito...

Bandeja de plata

Hay gente que cree que ya que comer es algo indispensable para estar vivo, no es necesario prestarle atención, es automático, como respirar (aprender a respirar y a ser consciente de la respiración es algo que intento cada cierto tiempo también, ojo, pero por ahora le hago más caso a la comida). Pero no soy sólo detallista en lo que a comer respecta cuando estoy en casa o al ir de paseo por el Barrio Chino (buscando productos que me inspiren un poco), sino también cuando voy a algún restaurant.

Una vez sentada, no me parece de mala educación preguntarle a los mozos, al fin y al cabo, para eso también están. Caso contrario, todos los restaurantes pondrían una de esas cintas giratorias que te alcanzan la comida (que están de moda en algunos lugares).

La atención es lo primordial y es recompensada con una propina. Claro que muchos creen que como se sabe que en este país los sueldos no son buenos, es un deber el otorgarla. En mi caso, pese a haber sido explotada con las pagas impunes en otros tipos de empleos, sigo pensando que no es un deber, sino un premio. Mejorar los sueldos de la población es algo que excede el tema propina o no propina.

El arte de ser un buen camarero lo he observado en mis viajes a Lima. No se trata, como acá, de cuántos platos puede el caballero o la dama memorizar sin ayuda de una libreta, como si fuera un juego de show familiar de domingo por la noche o de un tradicional repechaje; sino de modales, buena atención, simpatía, discresión y una correcta descripción de los platos de la carta.

Es más, no logro entender cómo eso no ocurre en los bares o restaurantes de moda de Capital. Si los platillos predilectos se encuentran redactados por poetas frustrados, con más razón se necesita a alguien que los traduzca amablemente.

Por ahora, aún me entiendo bien con los camareros, pese a que algunos amigos míos dicen que los vuelvo locos preguntándoles detalles y que solo zafo debido a que soy mujer y me amparo en el estereotipo de la mina histérica. No, no somos machistas, para nada...

jueves, 12 de agosto de 2010

Cosa linda

Hoy F y J, personajes ya conocidos en mi blog, me sugirieron: "Andie, estoy con F viendo tu foto de perfil, cambiala". "Digo yo que tiene que tener menos ropa", acotó F. Pero una joda casual entre amigos, me recordó una cuestión existencial...

Hay algo que va mas allá de mi comprensión como mujer ¿Por qué siguen existiendo congéneres que se empecinan en ilustrar lo más bajo de la condición femenina?

Nos permitimos que nos cosifiquen en películas, televisión y hasta lo hacen los creativos que apuntan a vendernos productos a nosotras o a vender a costa de nuestras imágenes.

¿Por qué hay chicas que ni siquiera aceptan que les paguen por exponerse? Este tipo de mujeres no entiende que hacerse cargo de la femineidad y ser segura de sí misma, no implica que deba convertirse en una come hombres. No es un: "Ya que me quieren cosificar, lo hago yo primero y por eso soy mejor que ustedes".

Debo admitir que lo he hecho, en mi adolescencia, cuando tenía fotolog. Sí, se lo perdieron, y eso que en esa época las cosas estaban en su sitio. Hoy, me siento orgullosa de poder decir que si alguien me habla por chat es por lo que pienso o por lo que hago, o al menos por lo que cubro y no por mostrar algo por lo que en muchos casos SE PAGA. Y al que se le ocurrió que se pague por ello, no fue ningún boludo, las boludas son las que lo hacen gratis.

Bienvenidas las chicas que cambian su foto de perfil, pero que saben diferenciar lo sexy de lo trillado.

lunes, 9 de agosto de 2010

Mutilados

La capacidad de sentir, de conectarse con el otro o con uno mismo, es algo que podemos reprimir. Pero ¿a qué costo nos defendemos? Quizá necesitamos limitarnos tanto desde la cabeza ya que cuando el corazón está cerrado, no hay nadie que lo escuche gritar basta.

Descubrirse a uno mismo en su propio discurso y que el otro se reconozca en el de él, a medida que avanza la conversación (sea en palabras o en miradas), vale. Ya que peor que mutilarse el cuerpo, es dejarse sin la sensación del corazón.

Cuando conectarse con otro, es conectarse con uno, sabemos que hay algo que está funcionando.

jueves, 5 de agosto de 2010

Hagan sus apuestas

Apostarle al amor, no es lo mismo que apostarle a cualquier persona. Hay gente que cree que le está apostando al amor cuando se está arriesgando a jugar al gallito ciego en un campo minado. Ese es un juego totalmente de riesgo, ya no es una apuesta, donde al menos tenés alguna ilusión de tener chances a tu favor.

La imagen mental que se genera es quizá más masoquista que la de una flecha atravesando un corazón como símbolo del amor. Es casi como ir más allá e imaginarlo desangrado o dando sus últimos latidos.

Una persona que estimo mucho me dijo una vez que lo importante es si uno tiene la capacidad de amar. Supongo entonces que apostarle al amor, puede ser algo abstracto, pero no nos olvidemos que más allá de que tengamos una hermosa capacidad de dar, de compartir, o de "agregue su verbo predilecto sinónimo de estar en pareja", a veces hay señales de que la otra persona, no es la indicada para entrenar esa ¿habilidad?

miércoles, 4 de agosto de 2010

28 días

Podría ser mas sencillo, más simple, no sólo para ellos, sino también para nosotras...

Sé que pese a la búsqueda del tan ansiado feminismo aún quedan machistas por ahí esperando una mujer que les haga la cama y los espere con la comida caliente. Y las mujeres nos resistimos a ello, queremos que nos traten como iguales. Queremos una carrera, ser independientes económica y emocionalmente.

Pero a veces pareciera que la naturaleza todavía no fue puesta al tanto. Sino no nos "vendría" cada veintiocho días, solamente ocurriría ese mágico suceso de la vida los días feriado. Sino se nos pagaría más en las empresas por ser madres y ocuparnos de la empresa más grande de todas: formar un futuro como sociedad más responsable.

Las ciclotimias de la personalidad femenina no son un castigo para el hombre que la acompaña, lo son para ella misma. Ya que no asumimos aún ese costado como algo que nos puede ayudar a ocuparnos del rol social con una inteligencia emocional que se destaque por sobre lo y los demás.

Aclaremos los tantos: no importa cuán culta y progresista sea una mujer, hay momentos en los que quiere chocolate y quedarse en cama (y eso no es un invento de los comerciales de toallitas, ni tampoco es ser retrograda).

Ocurre que lo retrograda es quizá en todo caso, negar la naturaleza femenina, esa voz que nos permite escuchar las cuestiones del alma, solucionar las cosas desde otro punto de vista (qué pensamiento lateral ni qué nada) u ocuparnos de miles de tareas a la vez (los multiprocesadores son un invento más viejo que la profesion más antigua de la Tierra).

Anticuado o machista es, al fin y al cabo, no reconocer ni valorar que una mujer más allá de sus capacidades intelectuales, puede mantener en paralelo una vida emocional e interior intensa, sin dejar de lado sus ganas de desarrollarse como ser individual y no solamente como procreadora de la raza humana. Que, vale la pena decirlo: es uno de los trabajos mas riesgosos y peor pagos que como sociedad hemos conocido: no hay garantía de ningún tipo, nuestro socio puede arrepentirse y escaparse sin previo aviso, podemos morir en el intento (o sino pregúntenselo a los integrantes de las miles de culturas con rituales relacionados con la fertilidad) y no nos jubilamos jamás de esa tarea.

Por más irónico que suene, viniendo de una familia donde hay uno que otro divorcio o separación, y gracias a ellos el rol de la mujer independiente debería estar exacerbado en mi persona: no me molestaría ser "la mujer de", al contrario. Eso sí, vale aclarar que espero que mi futuro marido también pueda decir orgulloso que es "el hombre de". Claro que antes espero que me firme un papel en el que conste que me acepta tal y como soy: algo feminista y algo anticuada, ya que cada veintiocho días no da que nadie te venga con que para ser tomada como un ser pensante hay que reprimir a la naturaleza que hay en mí (creanme, si se pudiera hacer, alguna que otra vez ya lo habría intentado).

lunes, 2 de agosto de 2010

Compañero de dos cabezas

Hay cosas que no son claras. Cuándo decir "hola", cuándo "basta", cuándo estás molestando y cuándo no. Ya que la diferencia entre una persona y otra puede incumbir un mundo de distancia.

Hay charlas de teléfono que si te quedás hablando poco tiempo parecería que querés cortar y estás haciendo cuenta regresiva para salir corriendo a hacer lo primero que haya en tu agenda (o no). Pero por otro lado si te mantenés tranquila escuchando te empiezan a preguntar que andás haciendo "de fondo", si chateando o si durmiendo.

Parece que si tenés buen oido o sos hijo de psicólogos, como es mi caso, no tuvieses vida. Aunque la mayoria de las veces estás compenetrado en la conversacion, y alguna que otra te distraés contando los segundos para no ser mala amiga, hija o vecina.

Pero aún es más llamativo lo que nos pasa a los que podemos hacer más de una cosa a la vez, ejemplo de ello es: diseñar mientras mantenemos una charla. Les aseguro que es como si fuese una mujer de dos cabezas: una se ocupa de escuchar la charla y otra del diseño.

"No, no es que no te estoy prestando atención: vos comés y respirás, yo diseño y hablo". Pero hay gente que no lo entiende y te pide que la mires a los ojos, y claro, el feedback es importante... Ahí la segunda cabeza en lugar de hacer, te empieza a hablar: "el rojo quedaría mejor, ¿y si le agregás una ilustración un poco más gastadita?" Claro, entonces sí que no te escucho nada, porque diseñar con palabras lleva más esfuerzo que hacerlo con algún programa de Adobe.

Lo que por ahora no puedo hacer es escribir mientras mantengo una conversación, aunque me cuesta negar que posiblemente muchas de las veces que escucho a alguien estoy pensando: mmm con esto tengo una entrada nueva para el blog, yuhu: que buen disparador, que grosso insight.

Y sí, lamentablemente para la gente que asume la creatividad como una forma de recorrer la vida, vemos al resto del mundo como una musa inspiradora o un lienzo en blanco. Ojo, no se olviden que eso no quiere decir que no los estemos escuchando muy atentamente. Tampoco implica que nuestra sensibilidad no nos permita evitar hacer el ridiculo cuando nos compenetramos con las historias que nos cuentan.

Pero hablar de las veces en las que sí lo hacemos y nos perdemos en la narración de alguna vida como si fuese la mejor película del año, entre lágrimas y sonrisas exageradas en plena confitería: esa es otra historia.

domingo, 1 de agosto de 2010

Fiaca

No me importa que mis amigos salgan con chicas: los remato, vendo, cedo, entrego en bandeja de plata. No soy celosa de ellos, me encanta presentarles a mis amigas y andar armando parejitas. Pero hay algo que no estoy dispuesta a ceder: ser uno más.

Domingo al mediodia: J, F y yo recorriendo Palermo en el auto del primero, los chicos arreglados "con toda la onda" y lentes negros que esconden los pecados de la noche anterior. Se me ocurre que para mi cumple podrían comprarme unos, para ocultar las ojeras que no llego a maquillarme con lo poco que tarda J en pasarme a buscar desde que me avisa que sale de su casa.

Un par de lugares descartados, llenos, caretas o caros, nos sentamos y yo comienzo a confesar mis más íntimos anhelos y tonterías, mientras el Sr. Gourmet o Mr. Abuelo, como todavía es llamado en los viejos círculos, saca de la galera sugerencias para el postre que, valga la ironía, sólo atesora en su memoria gente de la edad de un abuelo.

Es que J (El Abuelo) se conoce los mejores lugares de la ciudad y F y yo nos dejamos llevar libremente, total, es el dueño del auto.

Mientras todo esto ocurre, pido miel y se me chorrea del plato. Mi cabeza vaga por otros pagos... Les digo chicas en lugar de chicos. Y me explican recónditos secretos, milenarios si los hay, guardados por los hombres. Me quejo de no haber llevado una libretita para anotar las frases célebres, pero recuerdo escribir una en mi celular no último modelo: "¿Pasó algo? No hables tan rápido así no deja de volar mi imaginación, ya sé: era hermafrodita".

Sepan que si me he vuelto más turra con los años, fue gracias a ellos. Y se los agradezco.

Una promesa de asado futuro (que sale mejor a cuenta que un almuerzo palermitano), una hipótesis de comer carne y los chicos se despiden de mí en la puerta del edificio, van a recorrer la ciudad en busca de las mejores medialunas de la Argentina, según las palabras del Abuelo.

Chicas, todo bien, pero si no han tenido un almuerzo con hombres a solas, donde puedan manchar toda la mesa de miel y ensuciarse libremente de migas, mientras hablan guarangadas y les dan consejos dos chicos con anteojos negros: aún no han disfrutado de los mejores placeres de la vida. La fiaca de un domingo es de lo más bueno que te puede pasar, cuando tenés grandes amigos.

sábado, 31 de julio de 2010

No la soporto

Estoy absolutamente en contra. No me gusta para nada. Le tiraría un vaso con agua fría para que se calme un poco cada vez que la veo... en el espejo.

Sí, no soporto cuando tengo cara de enamorada. No digo que lo esté, pero a veces lo recuerdo aún, a mi reflejo estupidizado: me acosa mientras duermo y me irrita.

No me agrada eso de andar revisando el celular, el mail o el contestador a ver si se acordó de mí. Me molesta definitivamente andar pendiente de qué ponerme en las citas. Me desagrada en demasía andar justificando pedir infusiones en lugar de alcohol, o que piensen que no como porque soy flaca. No me gusta andar dando explicaciones de que puedo ser muy progre pero a la vez me gustan los caballeros atentos que me pasan a buscar y abren la puerta.

Pero lo que menos, menos, me agrada; son esas mariposas en la panza. Que vuelen libres y no me molesten, que mi panza ya tiene bastante con no comer carne y con que le ande dando verduritas y chocolate como alimento.

Estar enamorado no molesta tanto, cuando no necesitás usar mucho el cerebro ni ser muy coordinado físicamente. Y definitivamente está bueno, cuando es mutuo. Pero, y sólo pero, por las dudas, si me ven con cara de boba: tírenme un vaso de agua fría.

viernes, 30 de julio de 2010

Una dama en su brillante armadura

En relación al post anterior, recibí críticas de algunos amigos: Que si para mí las mujeres estamos esperando a un tipo que nos trate mal... Que deje de plantearlo como una lucha de poder y orgullo donde el amor pasa a un segundo plano...

Y no es así, claro que no. No es que a las mujeres haya que tratarnos mal para que nos quedemos al lado de ustedes. Eso hay que desmitificarlo. Y no es a lo que me refiero. Sino que lo que ocurre es que el prejuicio de que las mujeres estamos sentaditas esperando al príncipe azul, y que cuando llegue vamos a lanzar nuestra trenza cual Rapunzel en la torre, es eso mismo: un prejuicio.

Buscamos un chico con cualidades, pero no es que lo vamos a reconocer así como así, o que vamos a estar dispuestas a ceder nuestra independencia, por alguien que pueda llegar a ser una mera ilusión en pose de caballero en brillante armadura.

Les cuento un secreto: las chicas también podemos tener miedo al compromiso. No todas las chicas están apuradas por ponerse de novias o no todas están dispuestas a arriesgarse a vivir el cuento de hadas. Ya que, por más triste que suene, parece más seguro vivir uno de aventuras. Quizá tenga que haber más hombres como mis amigos, para que las mujeres rompamos nuestra propia armadura y dejemos de correr hacia el lado contrario adonde se encuentran los del género opuesto ¡Los quiero!

jueves, 29 de julio de 2010

El que se quema con leche... amanece quemado (?)

Hay algo que los hombres no entienden de nosotras las mujeres, no pasa por cuan enganchada estés con alguien, que sigas mirando a otros hombres. No son ellos los únicos que tienen "ojos para ver el menú".

Pero más allá de eso, hay una frase que explica muy sabiamente la actitud supuestamente histérica del género femenino: El que se quema con leche ve una vaca y llora. Yo no pienso llorar por ver a un chico que esté bueno, pero no voy a negar que un poco boba puedo llegar a quedar.

Hay una regla que no todos conocen: mientras el chico más lindo, dulce, caballero, atento y simpático sea: más rápido corre una para el otro lado. No, no es que no veamos todas sus cualidades, es que perdemos el control de la situación. Y no, no a todas las chicas les gusta que el hombre las guíe en la pista.

Tampoco estoy queriendo decir con esto que cada vez que salí disparada hacia el lado opuesto al que se encontraba un hombre, fue porque fuese irresistible. Pero sí algunas de ellas, unas cuantas, muchas...

Así que, chicos y chicos, ha tenerlo en cuenta: el mito es cierto, para muchas mujeres “no” quiere decir “no”, pero también “sí”.

miércoles, 28 de julio de 2010

Como dicen los periodistas: hasta luego.

Hoy, una querida y nueva amiga mía, se vuelve a su país de origen. En parte por esto, me puse a reflexionar sobre las despedidas, que teniendo a mi familia desperdigada por el mundo, las he vivido bastante.

Creí tener algo en contra de las mismas ya desde pequeña. Pero el problema no es despedirse en sí mismo, cuando alguien se va: te encontrás, estás un rato, te abrazás o das un beso, unas palabras emotivas... En fin, quizá algo rico de comer para ¿endulzar? el momento. Podríamos hacer un manual de etiqueta de cómo hacerlo.

El tema conflictivo es, por si a alguien no se le ocurrió, que cuando vas a despedirte: no estás extrañando todavía, porque esa persona, esta ahí, vivita y coleando, acompañándote. Si no llorás, si no te ves afectado ¿es que no la vas a extrañar acaso?

Y ahí me llegó, aterrizó entre mis neuronas sin pedir permiso un pensamiento que daba otra mirada a las despedidas. Faltaba un dato de color en relación a las mismas: ¿sabían que hay cosas que el ser humano debe sentir por anticipado? Es un acto premonitorio más riesgoso que el horóscopo. Y lo peor de todo, es que lo tenemos tan fuckingmente incorporado, que terminamos sufriendo por anticipado. Y eso es uno de los más grandes errores del ser humano. Sufrir antes de que pase algo que puede no pasar nunca.

¿A alguien se le ocurre amar por anticipado? ¿No habiendo vivido nada con la otra persona, sin conocerla? No, a eso le llamamos idealización o enamoramiento (aunque la idea del amor a primera vista me sigue seduciendo).

¿A alguien se le ocurre tener bronca por anticipado? No, eso es ser una malcogida que se le mete entre ceja y ceja alguien o algo por malcogida.

Pero eso sí, ojo al piojo, no dejemos esto para después: suframos por anticipado... No vaya a ser que nos muramos de dolor y no nos quede tiempo para dejar un vasito lleno de lágrimas saladas como herencia para nuestros nietos.

De esas máquinas que no se han inventado todavía...

Te doy la mano,
si me das el pie.
Te digo que te extraño,
si ya sé que vos lo hacés.
Dame un medidor de sentimientos,
para ver si vamos igual.
Y si el mío está muy alto,
¿cómo lo voy a bajar?
Al menos permítanme arreglar el resultado,
para no quedar tan mal...

martes, 27 de julio de 2010

...con c de Cursi...

Tanto nos bombardearon con mensajes.
Con películas.
Novelas.
Cuentos de hadas.

¿Qué pensás que es amor?

Canciones.
Juegos de muñecas.
Revistas.

Pero digo amor, no mariposas en la panza.

Cartas.
Horóscopos.
Dibujos animados.
Corazones flechados.

Y no me refiero a juegos o idealizaciones.

Poemas.
Rosas rojas.
Catorces de febrero.

Sino a dar todo, y que nos den todo. Y que baste.

Azúcar quemada.
Chocolates con formitas.
Bonobon por un beso.

Y no tener miedo a que sepan todo de vos, a saberlo todo del otro.

Globos de colores.
Pensamientos garabateados.
Papeles rotos.

Y que el beso siga siendo un beso, pese a saberlo.

...Que tiene que ser algo más...

domingo, 25 de julio de 2010

Carta

Estimado locador:
¿Cómo le va? Le escribo esta carta sin saber bien quién es usted, pero con la esperanza de hallarlo. Creo que tengo algo que a usted le pertenece. No se por qué la abandono, pero pese a los cuidados que le estoy prodigando, creo que sería mejor que volviese con su respectivo dueño. No es que le tenga lástima, ya que ha decir verdad, ni un poco. Pero tampoco me parece correcto dejarla por ahí solita, para que se venga con cualquiera a la cama, como lo ha hecho. Algo de educación debería haberle dado, al menos, el tiempo que estuvo con usted. En fin, eso lo tratarán cuando se reencuentren. Yo le doy un día más para que retorne con usted, o quedará en la calle.
Saludos,
Andrea S., actual portadora de su gripe.

viernes, 23 de julio de 2010

Transitar

Es increíble cómo uno necesita vivir en su propia burbuja para sobrevivir. ¿Ser consciente de todo lo que pasa en el mundo nos sería tal vez muy intenso? Pero esa negación, tanto de lo malo como de lo bueno, nos quita sensibilidad, aunque a la vez nos permite ser sensibles con lo que en realidad importa. Quizá si todo nos afectara, no le daríamos importancia a nada. Sería más del paisaje urbano.

Qué puedo decir... Estos días en cama me hacen recordar cómo a veces nos quejamos de cada tontería. Exageramos. Y seguramente yo esté exagerando ahora.

Pero hoy ver el sol, escuchar una canción, pasar de 39 2 (que no bajaba ni con Ibupirac 600), a 38 sin tomar ninguna pastilla, que se yo: pequeños paraísos.

Ver que el mundo gira, escuchar, pese a estar en un piso trece, a los obreros que arreglan algo, la barrera que suena y el tren que pasa...

No será un artículo excelentemente escrito desde la forma, pero saber que me puedo sentar a escribir, que tengo cabeza y manos para hacerlo: pequeños paraísos.

Transitar, con paciencia, sin ansiedad, es lo que a veces más me cuesta. Pero hay momentos en los que no queda otra que hacerlo, y disfrutar lo más que se pueda. Aunque no voy a negar que esté aprendiendo cómo...

miércoles, 21 de julio de 2010

Los ¿osados? de las nuevas tecnologías

Creo que esto de estar en cama con fiebre y ver tanta televisión me está afectando. Mirar Mañaneras me hace redactar muy a lo Sex and the City y ya admití que no me gusta... Pero en fin, deléitense mientras me dure el delirio febril y rían un rato de mis cuestionamientos al comportamiento femenino.

Hay una máxima que debemos tener en cuenta: Salir con lo que venga, no es lo mismo que salir.

Digo ¿tan poco entretenimiento hay en el 2010 que una como mujer acepta salidas para "ver qué onda"? Pero lo hacemos, y no me lo nieguen.

El hombre la tiene más complicada, que intentar dar el primer paso o invitarla a tomar algo. Finalmente, alguna picará... Los nuevos medios colaboran: se pueden mandar muchos mensajitos con el mismo texto o simplemente poner reenviar. Eso sí, no olviden borrar el destinatario previo.

Y si el hombre propone y la mujer dispone, ella dice: "y, pruebo"...

Pruebo ¿pruebo qué? Uy, me gusta de chocolate o de frutilla, y sino tiro el caramelo al tacho. Pero claro, en plena salida no es tan sencillo huir. Somos tan vivas que organizamos (al igual que ellos, ojo) llamadas arregladas por parte de una amiga, no vaya a ser que nos encontremos con un asesino serial. O si no lo es, pero es tan aburrido que sería más interesante si lo fuera, esas mismas llamadas nos ayudan a salir despavoridas ¿disimulando? un poco.

Al fin y al cabo, no importa cuan modernos seamos, digamos las cosas como son (gracias, Sprite): un amigo no es un contacto de Facebook, invitar a salir no es enviar un mensajito con el celular y arriesgarse a conocer a la otra persona no es lo mismo que "probar a ver qué onda".

Ser cobarde es muy cool, y no jugarse está de moda. Y creo que yo también compré un poco de cooltura, aunque intente disimularlo...

lunes, 19 de julio de 2010

De tacos y tucos

Hace un tiempo un amigo me dijo que para salir con una chica nueva (salvo raros casos), prefería salir con sus amigos. Su orientación sexual me era clara, pero yo todavía creía que algo no cerraba en esa confesión. Asumo que como me gusta conocer gente nueva, la aventura de conocer, pensaba que estaba equivocado.

También me era incomprensible cuando me contaban grupos de amigos, al proponer juntarlos con amigas, que preferían estar entre ellos.

Es cierto, las mujeres necesitamos tanto como los hombres nuestros momentos para estar a solas y confesarnos (no a lo Sex and the City, nunca me gustó, prefiero un Los Caballeros las prefieren Brutas). Pero salvo en épocas en que mis amigas y yo estamos de novias, nos divierte que vengan chicos.

Últimamente, será la edad o que cada una de mis amigas está poco a poco saliendo del mercado de la soltería, las cenas los domingos están en auge. Las meriendas lo sábados son codiciadas. Y los encuentros los viernes a la tardecita, un placer.

¡Cómo negarlo! No hay que pensar en qué ponerse, si te ves muy trola o muy monja (no, no niego que nos vistamos para competir con otras chicas más que para agradar a los hombres, pero en algo influye aún su presencia). No hay que maquillarse. No pasa nada si te comés tres kilos de chocolate o unos tallarines con tuco al ajo. No, nada está mal visto. No existe siquiera el fantasma de parecerse a la posible suegra. En resumen: una es una.

Risas, hablar de la vida, de la carrera, de chicos, de arte, de proyectos; sin censura de ningún tipo.

Mmm, pero pasa algo, yo con mis amigos hombres soy IGUAL: cuántas veces fui guaranga, pedí consejos estéticos sobre mi escote o me hablaron de mi gusto como mujer (no viene al caso mencionar que mis amigos piensan que si no me busco a sus gemelos idénticos, estoy cayendo bajo, pero me divierte recordarlo).

En fin, supongo que no pasa por estar con hombres o con mujeres: pasa por animarse a ser uno, a dejarse ser. Yo voto por dejar los tacos, el maquillaje y la comida sin sabor, para las fiestas de disfraces y las dietas aburridas. La vida es linda para vivirla siendo uno, y los que no la pasan bien en una cita, puede ser por el stress o porque no les guste la otra persona, pero no está bueno que sea por aparentar y porque no les guste la persona que son ellos mismos en ese momento.

Lacity

Todos, cual uno solo, se tropiezan con sus hilos invisibles. Tan invisibles, como los múltiples carteles, bombardeando sus miradas constantemente. Los aromas hipnóticos ciegan su vista a la aparición de personajes tan sencillos como las flores de la pastelería de la vuelta.
Los grafittis ocultos se revelan sólo al contraste del edificio nuevo, indiferente a la vieja ciudad, incongruente con los malolientes pollos pudriéndose. Pudriéndose, nostálgicos, tan ciegos como los transeúntes; pero añorando la naturaleza extinguida entre el cemento.
Un señor atemporal, quizá sencillo, camina con su bastón musical; así intentando impregnar, con su apagado andar, de un poco de vida, a la monótona rutina.

sábado, 17 de julio de 2010

Sueños de agua

En serio que a veces lloran partes de mi cuerpo, que no son mis ojos.

Sé que no lo ves, sé que no lo veo. Pero te aseguro que lloran.

Y si pudieses acercar tu corazón al mío, se empaparía de calor.

viernes, 16 de julio de 2010

¿Mejor que un microrrelato?

"El microrrelato es una construcción literaria narrativa distinta de la novela o el cuento. Es la denominación más usada para un conjunto de obras diversas cuya principal característica es la brevedad de su contenido. El microrrelato también es llamado microcuento, minificción, microficción, cuento brevísimo, minicuento, etcétera." Gracias, Lady Wikipedia.

Hoy aproveché parte del día viendo los comerciales ganadores en Cannes. Sí, leyeron bien: aproveché. Porque en poco tiempo (salvo por lo que tarda la banda ancha de Fibertel), pasé por muchos estados emocionales, uno tras otro. Pero no de una forma dañina o patológica, sino hermosa.

Uno puede buscar llegar a la cabeza de alguien con argumentos, pero aunque queramos negar nuestra humanidad ¿qué argumento es más potente que la emoción?

Apelar al sentimiento es la forma más intensa que existe de tocar a otro ser humano. Por eso sigo sin entender la publicidad que habla de beneficios o ventajas. Me convencerá por unos segundos o días. Aunque una marca que realmente se convierta en parte de mi vida, deberá involucrarse conmigo aún antes de que la compre. Y eso es lo maravilloso de la publicidad, que puede dejarnos algo: puede no vender obscenamente.

Contar una historia en unos pocos segundos, es una forma de arte. Lograr hacer reír o emocionar a otro ser humano, es al menos lo que intento hacer como artista. Como publicista me pasa lo mismo, creo en que vender algo no es meterlo burdamente por todos lados, ni el mayor tiempo posible. Venderlo en serio es que sea parte de una filosofía de vida.

Espero que llegue el día en que las marcas no solo conmuevan de la boca para afuera, sino que también lo hagan siendo congruentes con sus acciones del día a día.

Les dejo un regalito…

http://www.youtube.com/watch?v=6ptFTJekS00

martes, 6 de julio de 2010

Showwoman

"¿Buscabas inspiración? ¡Tomá!" (me dijo el señor boomerang mientras aterrizaba en mi cabeza).

Últimamente escucho demasiado eso de: "es muy entretenido hablar con vos, siempre te pasa algo, el show de Andie, espero que no te pasen cosas raras (mentira, es divertido)".

Empiezo a pensar que cobrar por ser amig@ mío no estaría del todo desubicado. Al fin y al cabo, soy un entretenimiento ecológico, seudo vegetariano, liviano, ocupo el espacio estratégicamente (metros para arriba más que para los costados).

Seh, definitivamente, estoy desaprovechando un negocio.

...si tan sólo postearan más en el blog, en lugar de reírse por teléfono. Pero pese a mis estudios en multimedia: soy una chica a la antigua, aún no publico mi vida. Por ende, las risas vienen por medios anticuados.

Así es, lamento confesar que el blog no trata sobre A o sobre B, porque la vida no se trata de A o de B: es simplemente un hecho tras otro, que nos modela a medida que la modelamos a ella. Y hasta hoy, me interesa más comentar sobre ese modelado hermoso, que es el arte de estar en este mundo, que hacerme la Viviana Canosa del barrio de Belgrano.

Me despido con una idea que me revolotea: Las sincronicidades tocan a mi puerta, y yo las dejo pasar ¿El traductor para entenderlas? Todavía estoy aprendiendo el idioma.

Hasta la próxima.

viernes, 11 de junio de 2010

Dale

¿Dale que soñamos lo imposible,
y que soñando al mismo tiempo,
le quitamos todo el “im”?

¿Dale, y no pensamos que hay un tarde,
y creemos en temprano,
y rompemos el reloj?

¿Dale que jugamos a ser chicos,
y olvidamos el pasado,
el futuro y el adiós?

¿Dale que la inercia no nos puede,
la nostalgia no nos mata,
y nos mueve ya el amor?

miércoles, 2 de junio de 2010

Relecturas

Mirás para atrás y te convertís en estatua de sal. Mmm... ¿Vos decís? Yo miro para atrás y veo todo tan claro, tan ordenado… Fui escribiendo una historia con el recorrido de mis pasos. Parece todo tener sentido.

Al mirar atrás puede que la única sal que descubramos en muchos casos, es la de esas lágrimas que vertimos alguna vez. Y la única estatua, es la que quedó de nosotros, cuando nos dejamos inmovilizar por el miedo, como en una de esas viejas fotografías con personas en poses rígidas, esperando quedar retratadas.

Miro una vez más para atrás, parece todo tan obvio. Me interrumpe esa idea el pensar en todas las historias que pude haber realizado, en los "qué hubiera pasado si".

Concebir la vida como un elige tu propia aventura, pero lamentablemente (o por suerte) sin que podamos saber que caminos nos quedaron por recorrer.

El presente puede ser obvio hoy, o quizá solo visto desde el futuro... Vivir, es la opción que encuentro para descubrirle un sentido.

Hay pequeños enigmas en cada narración, no tan simples de interpretar pese al paso del tiempo, que quedan picando en la memoria y se cuelgan de los recuerdos. Son como hilos descosidos en una trama perfecta.

viernes, 28 de mayo de 2010

¿Abre los ojos?

A veces cerramos los ojos y nos pegamos contra la pared. Pero no voy a negar que sea más fácil vivir con la mirada entrecerrada. Viendo lo suficiente para no chocarse contra nada, o para chocarse contra todo lo que se elija llevar por delante.

Es tranquilo negar. Cada uno lo hace a su manera... Alcohol, droga, televisión, comida, alucinaciones, amor. Pero (casi) todos tratamos de no ver, de recortar la realidad. Un mecanismo sano para crecer, crear, mejorar. Tal vez haya una conciencia que te eleva, pero hay otra que te duele. La de los pies en la tierra, cuando la tierra es fría y pincha tu piel.

Vivir el aquí y ahora, dicen que relaja. En parte es cierto, algo de mi persona lo cree. Pero si viviéramos todos los aquí y ahora de todos los seres humanos en la tierra, si pudiésemos sentir lo que sienten todos a la vez, sumando cada una de las emociones con sus respectivas intensidades... Me pregunto qué sería lo que percibiríamos. Esa suma de seres es el latido de la humanidad.

Hoy leí un artículo sobre cómo las primeras veces suelen quedar marcadas fuertemente en la memoria. Muy de vez en cuando, abro los ojos un poco más que de costumbre, y me pierdo... ¿Deberé entrenar el hábito? Cada vez que los entreabro, no dejo de sorprenderme. Quizá haya algo más allá, que todavía no logro ver...

miércoles, 19 de mayo de 2010

...el aire es libre, el aire es libre...

Te das cuenta que estás llegando tarde, estás cansado, o es de noche y la idea de caminar hasta la avenida para tomar el colectivo no te convence.

Elegí el "había una vez" que quieras, pero el nudo de la historia es simple: levantás cual ala de ave tu brazo y frenás un taxi (recordá que puede complicarse aún más si lo solicitás por teléfono y la espera de 5 a 45 minutos te puede dejar pendiente y cansado). Abrís la puerta, te acomodás, decís el destino...

El señor tachero decide subir el volumen de lo que aparentemente venía escuchando. Partido de fútbol, radio AM con interferencia, reggaetón o punchi.

Nuevamente elegí lo que sea de tu agrado para la historia o lo que no sea de tu agrado para tus oídos.

No querés molestarlo pero él te está molestando. Y aunque entendés que el hombre está trabajando y merece entretenerse, en un viaje con una duración mayor a cinco minutos, eso deja de importarte.

¿Corre, la pasa, gira, vuela, come, estornuda y gol? Oís y no escuchás, el ruido se torna insoportable. Te creías más tolerante.

¿Pensás decir algo? Mirá que si le decís capaz tu voz ni se halle en una intensidad audible en comparación con el resto de la ambientación sonora del auto.

En mi caso, ya dejé de tomarme taxis donde el conductor se encuentre fumando, ni me esfuerzo en pedirle que apague el cigarrillo: le agradezco, cierro la puerta y me tomo otro, aunque (por ahora) la invasión sonora la acepto. Y debo confesar que trato de coexistir con el humo en días de lluvia y escasez de transporte...

Eso sí, no creo que vaya a olvidar el consejo de algunos ¿amables? taxistas, que me hicieron conocer mi derecho u obligación de solicitar un "móvil no fumador" telefónicamente, palabras de aquella época en las que todavía me animaba a pedir que apagaran sus cigarrillos, y recibía las más insólitas respuestas.

miércoles, 12 de mayo de 2010

La conspiración detrás de las palabras II

Ok, supongamos que Pepe, Luis, Juana o Samanta... te quiere a su manera.

Imaginemos por un segundo que te convencés absolutamente: te quiere con el amor más profundo que puede llegar a sentir un ser humano. Entendés que él (tengo que ponerle un sexo, pero podés elegir una ella si te resulta más útil) realmente está enamorado de vos pero... es tímido, es lógico, es racional, es artista, es un pensador lateral, es innovador, es desprejuiciado, es desestructurado, es moderno, es liberal, es conservador, es... FRÍO.

¿Frío? Nah, porque excusas o motivos sabés encontrar y podrías defender al más cruel de los ladrones si de ello dependiera tu felicidad ¿podrías?

En el fondo sabés que cuando hablás con tu mejor amiga, que lo insulta llamándolo "helado insulso sin latidos cardíacos", no le pedís silencio o que se retracte. Le preguntás a ella su opinión porque aunque vos lo defiendas, querés que alguien llame las cosas por su nombre: FRÍO.

Lo seguís intentando y descubrís que encontrar mejores justificaciones no es tan difícil y que auto-convencerse es cuestión de entrenamiento. Digamos que te creés y te creo: el pobre de Pepe te ama pero no sabe expresar su amor como para que a vos, naive encubierta de feminista, te conmueva.

Sí, creo que puede haber formas muy distintas de manifestar lo que nos pasa. Aunque después de tantas vueltas dadas en tu cabeza y corazón, ya te has dado cuenta que algo te duele… ¡Algo no funciona!

No, no pasa por rebajar los sentimientos más puros a una mera cuestión utilitaria: se trata de ser honestos con nosotros mismos. Él te ama, pero como te lo demuestra ¿te sirve?

sábado, 8 de mayo de 2010

La conspiración detrás de las palabras

Ya me cansé.

Que no me vengan con "las distintas formas de amar o querer".

Déjense de esta conspiración mundial.

Yo puedo caminar a mi manera, hablar a mi manera, cantar a mi manera...

Pero si amo a mi manera y el otro no siente ese amor, no se lo transmito, no se lo manifiesto porque lo "hago a mi manera", es lo mismo que comer a tu manera una manzana, mirándola fijamente y diciéndole "manzana give me your energy".

Dejémonos de seudodemocracias baratas, en nombre del amor se han hecho demasiadas guerras ya, demasiadas estupideces sin sentido.

Estoy a favor de las estupideces, pero de las bonitas, las locas-lindas, las que sacan una sonrisa.

Si sentís algo pero no hacés nada, inventá otra palabra para lo que te pasa, para tu forma de amar o querer. En silencio o quietud podés decir mucho también. Pero aclaremos una cosa: expresar distinto no es lo mismo que expresar indiferencia.

Llamemos al verbo "telepatíamar" si es necesario, pero por favor, no usemos el mismo para todo.

Que las palabras todavía no se gastan, pero deberían...

viernes, 7 de mayo de 2010

3, 2, 1...

Hay algo que no me termina de gustar de las últimas horas de la tarde. El sol ya no brilla con la misma intensidad, pero tampoco ha llegado la calma de la noche. La gente quiere volver, pero no puede porque el horario de trabajo no ha terminado, el caos del tráfico ya se augura.

Son las cinco de la tarde, de un día de otoño como cualquier otro, por suerte estoy en casa pero los recuerdos de tener que salir a cursar a esta hora cuando las tareas del resto de los mortales estaban terminando aún me acechan.

El verano, aunque uno esté trabajando, transmite ese "no sé qué", ese "es feriado todos los días" cuando comienza a anochecer. Se agradece que baja la temperatura y las tardes sean más duraderas. En cambio, las tardes de otoño me recuerdan a los domingos por la noche: se extingue el fin de semana, pero la rutina no nos ha secuestrado todavía; tenemos tiempo libre, pero para prepararnos para la semana.

Supongo que depende de cada uno disfrutar de esos "no momentos", no dejándonos llevar por la ansiedad de la transición. Tal vez de eso se trata este texto sin sentido claro. De recordarnos que alguna vez pudimos disfrutar de los atardeceres, porque cada segundo en que va bajando el sol sobre los edificios de la ciudad es un instante único, porque no es necesario que se ponga sobre el mar para que sea mágico.

¿Y si en lugar de apurar al sol para que sean las seis y podamos regresar a nuestras casas, sólo nos dedicamos a estar?

miércoles, 5 de mayo de 2010

ADVERTENCIA

El dolor duele
donde duele.
El llanto a veces no expresa nada
porque el dolor sigue ahí.
Las lágrimas suelen limpiar la tristeza
pero a veces no funcionan.
El cuerpo siente que no va a aguantar,
que está a punto de estallar,
pero no pasa nada.
Uno vive.
Y transcurren los minutos,
hasta que se reestablece algo dentro.
Y la costumbre te permite romper con el dolor.
Y la felicidad aflora nuevamente,
de algún espacio o no espacio ,
que siempre tuviste adelante tuyo
o que jamás habías llegado a él.
Hasta que una casualidad te recuerda que
el amor no puede ser tan frágil.
... para la investigación genética
deberían dejar de preocuparse por los tomates, la soja y las ovejas...
¡Hay un asunto mucho más urgente!
Gente que venga con advertencia:
"No se acerque, incapaz de sentir y/o transmitir afecto"
(preferentemente en letras rojas, capitales, cuerpo 24).

martes, 4 de mayo de 2010

La expresión chatarra: la nueva creatividad fast food

La expresión de la gente se ve limitada o formada por el medio. En una era multimedial y de expresiones mediatizadas, la creación se limita a comentar en Facebook, postear en muros, subir fotos. La inmediatez y difusión popular, son beneficios que aparecieron por primera vez con el desarrollo de la imprenta y se fueron exacerbando cada vez más. Los dos a tres minutos que tardan en publicarse nuestras elecciones y en ser conocidas por la comunidad web, nos condenan a elegir bien y rápido. Pero con la posibilidad de eliminar a la misma velocidad lo que hemos publicado, nos evitamos pensar demasiado nuestros mecanismos de expresión. No es necesario conectarse con la emoción o el pensamiento interno, somos masas creativas que se van moldeando con sus posteo en tiempo casi real.

Crear, como lo indica el significado de la palabra, no fue pensado como un acto tan superfluo. Quizás las obras de la impermanencia y evanescencia sean los únicos frutos que deje nuestra generación. Posiblemente en unos años no se exhiban ya obras multimediales como las que nos enseñan en las carreras artísticas más recientes, sino posteos en muros. Un nuevo arte urbano: ya no será el graffiti la innovación como lo está siendo hoy, sino el muro virtual.

Es frustrante descubrir que la expresión más profunda se ve limitada por "vómitos de conejitos" instantáneos, como decía Cortazar, en ámbitos virtuales como este. La musa se ve satisfecha con una rápida masturbación, la de la expresión en su faceta más primitiva y decadente: un mero clic. La intención de esta nota es combatir al medio con el medio mismo, usarlo para algo más provechoso que arrebatos de "me gusta".