jueves, 5 de agosto de 2010

Hagan sus apuestas

Apostarle al amor, no es lo mismo que apostarle a cualquier persona. Hay gente que cree que le está apostando al amor cuando se está arriesgando a jugar al gallito ciego en un campo minado. Ese es un juego totalmente de riesgo, ya no es una apuesta, donde al menos tenés alguna ilusión de tener chances a tu favor.

La imagen mental que se genera es quizá más masoquista que la de una flecha atravesando un corazón como símbolo del amor. Es casi como ir más allá e imaginarlo desangrado o dando sus últimos latidos.

Una persona que estimo mucho me dijo una vez que lo importante es si uno tiene la capacidad de amar. Supongo entonces que apostarle al amor, puede ser algo abstracto, pero no nos olvidemos que más allá de que tengamos una hermosa capacidad de dar, de compartir, o de "agregue su verbo predilecto sinónimo de estar en pareja", a veces hay señales de que la otra persona, no es la indicada para entrenar esa ¿habilidad?

No hay comentarios:

Publicar un comentario