viernes, 17 de septiembre de 2010

ID 2

El chamuyo virtual ya es más que una moda, está establecido como hábito cultural. Hombres y mujeres dejan poco a poco de realizar el primer contacto en antiguos rituales de apareamiento como los que se daban en boliches y se terminan de adecuar a agregar a amigos de amigos. Los más osados, agregan a gente sin nadie en común y tienen que aguantar sospechas de acosos y perversiones virtuales.

Y es que la identidad virtual de uno no se limita a googlearse y ver los resultados cada cierto período de tiempo o a no dejar que te tagueen en fotos en las cuales no saliste del todo agraciado. La imagen que transmitimos en una red social si se mantiene estática nos deja estáticos a los ojos del resto de la población webial. Si estamos todo el día presentes, twitteando o posteando sin parar, podemos resultar invasores de muros y aburridos.

Las ansias de fama no son siempre canalizables a través de una cuenta en una red social. Para dejar que me invadas el muro, mejor primero te posteo en el tuyo sugiriéndote que vayas a lo de Tinelli, luego te mando un me gusta a mi propio comentario y por último te borro. Al menos si estás en un canal, puedo apagar la tele o cambiarlo...

Digamos NO a las fotos con ex novios, NO a fotos semidesnudos, NO a perfiles de gente poco selectiva a la que "le gusta" todo en Facebook, NO a los que te invaden el muro con publicidad, NO a los que te taguean en fotos donde no estás presente, NO a unirse a grupos de odio, NO a unirse a grupos pelotudos.

Digamos SÍ a las fotos que nos representan (sea en una playa nudista o haciendo trapecio o muecas graciosas), SÍ a armar un grupo en FB de "Me gusta el ajo con azúcar" con tal de sentirse menos solos, SÍ a que la identidad de uno sea similar a como somos en la vida. Mmm, la última frase contradice la propuesta del párrafo anterior dedicado a los NO ¿Qué hacemos entonces con toda la "gente NO" que es así en el mundo real?

Supongo que al fin y al cabo, tenemos que ser conscientes de que: si alguien invade muros, invade personas; si le está dando un beso a su ex en una foto publicada, es probable que siga presente en algún lugar adentro suyo; si odia a los que comen pochoclo en el cine, quizá se pelee viendo una película en los Showcase...

Prefiero contradecirme a mi misma, cada uno puede hacer con su identidad virtual lo que le venga en gana, eso sí, siempre y cuando recuerde que así como en la calle uno puede elegir andar o no mostrándole el calzoncillo o la bombacha al vecino de enfrente, también debe hacerlo en Internet. Nuestra identidad virtual nos representa, y si saluda diciendo "Hola ¿qué tal?" o "¿Qué hace´, bolú?", depende de nosotros.

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