El cuerpo se inmoviliza con el vacío del alma,
o se mueve con la inercia del silencio que esconde,
esconde el sentimiento acallado por los labios,
que no pronuncian las palabras,
que el corazón late acalorado.
Late, late, late:
a un ritmo doloroso y ameno.
Late, late, late:
durante el silencio absurdo de su dueño.
Late y para.
Late, sereno.
Hasta que el corazón también calle,
y en un soplo de aire,
sobreviva sólo el silencio.
Luego de tantos días de silencio, elijo retomarlo con un post en su honor, titulado como él.
domingo, 5 de diciembre de 2010
Silencio
Publicado por
Andie Szwarc Amsel
en
16:59


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Etiquetas:
poesía
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