miércoles, 2 de junio de 2010

Relecturas

Mirás para atrás y te convertís en estatua de sal. Mmm... ¿Vos decís? Yo miro para atrás y veo todo tan claro, tan ordenado… Fui escribiendo una historia con el recorrido de mis pasos. Parece todo tener sentido.

Al mirar atrás puede que la única sal que descubramos en muchos casos, es la de esas lágrimas que vertimos alguna vez. Y la única estatua, es la que quedó de nosotros, cuando nos dejamos inmovilizar por el miedo, como en una de esas viejas fotografías con personas en poses rígidas, esperando quedar retratadas.

Miro una vez más para atrás, parece todo tan obvio. Me interrumpe esa idea el pensar en todas las historias que pude haber realizado, en los "qué hubiera pasado si".

Concebir la vida como un elige tu propia aventura, pero lamentablemente (o por suerte) sin que podamos saber que caminos nos quedaron por recorrer.

El presente puede ser obvio hoy, o quizá solo visto desde el futuro... Vivir, es la opción que encuentro para descubrirle un sentido.

Hay pequeños enigmas en cada narración, no tan simples de interpretar pese al paso del tiempo, que quedan picando en la memoria y se cuelgan de los recuerdos. Son como hilos descosidos en una trama perfecta.

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